En beneficio para su seguridad se recomienda cada 60 días o 100 kms de uso:
Apretar todos los tornillos, tuercas, comprobar frenos, caja pedalera, dirección, lubricación de cadena y demás componentes, regulación de cambios, centrado de ruedas, control de presión en neumáticos, etc.
Limpiar tu bicicleta. Hoy en día hay productos de limpieza biodegradables. No necesitas agua, sobre todo si tenes que limpiar partes de la bici que poseen metales como acero en el caso de la cadena, niples de los rayos, etc.
Secar bien tu bicicleta. ¡Evita óxidos!
Si tu salida fue en condiciones de polvo, barro o agua, se recomienda que luego de este uso se realice la limpieza en el momento y no dejar pasar días, ya que el agua se filtra y puede barrer con la grasa de la caja y/u otros componentes, por ejemplo la horquilla en la parte de las barras interiores.
Controlar de nuevo la presión de los neumáticos. Descubrí si pierden presión o no.
Realizar controles periódicos de grasa en componentes y lubricación de la cadena.
Limpiar la transmisión, cadena, piñon, plato y palanca. Luego lubricar la cadena con una gota de lubricante exclusivo para cadena de bicicleta, en cada eslabón.
Revisar los frenos.
Asegurarse de que los pernos y tuercas estén bien apretados, de los discos de freno, frente de dirección, asiento, etc.
Verificar el estado de la dirección, pedales, tornillos, frenos etc. Lubricar y/o engrasar la cadena, rodamientos, pivotes, cabecillas de los cables de freno, muelles de los pedales, etc. Revisar el desgaste de los diversos componentes y reemplazarlos de ser necesario.
Si sabes de mecánica, limpia y lubrica tu cadena como mínimo una vez al mes, revisa tus piezas según corresponda y llévala al técnico cada año, pero si recién estás aprendiendo, entonces agregale un mantenimiento parcial cada seis meses.
Pone un trapo alrededor del disco de freno, o un protector especial, para asegurarse que no caerá nada. Mientras tanto, aplica el jabón en spray en toda la bicicleta y con la esponja empieza a limpiar desde la parte superior del cuadro hasta la inferior. Puedes utilizar una esponja o un cepillo suave.
Limpiador de cadenas.
Desengrasar la cadena.
Si no tienes una herramienta especial, usa un cepillo para desengrasar tu cadena...
Retirar el exceso de desengrasante.
Lubricar la cadena.
Limpiar el exceso de lubricante.
¡y estás listo para rodar!
1. Ajustar correctamente tu bicicleta. Verificar estado de ruedas, frenos, estar bien sentado, etc.
2. Usar casco. EL CASCO SALVA VIDAS, en casa te esperan siempre.
Se recomiendan cascos que tengan tecnologías estudiadas por ingenieros y cirujanos, que tengan certificaciones y homologaciones. Hay cascos que absorben la vibración del golpe y no impacta en tu cerebro.
EL USO DEL CASCO DEBE SER LO MÁS IMPORTANTE AL SUBIR A TU BICICLETA. DEBE IR DE LA MANO CON UN JUEGO DE LUCES DE ALTA CALIDAD, PARA QUE TE VEAN LOS DEMÁS.
3. Usar BUENA ILUMINACIÓN para mayor visibilidad.
4. No usar teléfonos móviles y auriculares. Reducen tu atención. Estar 100% atentos al camino a recorrer.
5. Ajustarse a la vía. Siempre circular por la derecha.
6. Sos un vehículo más, respeta las señales de circulación.
7. NADA de alcohol cuando vas en bicicleta.
8. Señaliza y anticipa tus movimientos.
Se dice que el tiempo de vida de las bicicletas es de unos seis años, pero con los cuidados necesarios, este tiempo puede extenderse.
Cuando el cambio de marchas deja de funcionar como debería y cambia mal, además de hacer ruidos. Los frenos pierden potencia. Se pinchan las ruedas más fácilmente por llevar unos neumáticos viejos y secos o sin líquido anti-pinchaduras.
Conviene recordar que el desgaste medio de una cadena de la bicicleta oscila entre 3.000 y 8.000 kilómetros. Es un margen amplio debido a que el deterioro se acelerará o retrasará en función del uso, modalidad de ciclismo practicada, y la calidad de la cadena y su mantenimiento adecuado de limpieza y lubricación.
Pedalear es económico, divertido e ideal para compartir con amigos o en familia. Además, tiene grandes beneficios para tu cuerpo y para prevenir enfermedades ya que es una de las actividades físicas más completas. Además, ayuda a prevenir dolores de espalda, protege las articulaciones y mejora el sistema inmunológico.